miércoles, 31 de julio de 2013

Gold Medal y Hard Case Crime.

 En 1950 Fawcett Publications edita una colección de libros populares en tapa blanda (paperback) dedicada, sobre todo, a los géneros Negro y Western. En esta colección publicaron novelas originales autores tan interesantes como: Bill S. Ballinger, Gil Brewer, Bruno Fischer, David Goodis, John D. MacDonald, Lionel White, Harry Whittington, Charles Williams (para ver una selección de 50 títulos fundamentales de la colección ver Pulp Serenade, entrada del 24 de Mayo de 2011)







 Muchos años despues, en el presente siglo, soncretamente en 2004, Charles Ardai y Max Phillips sacan al mercado una colección heredera, en presentación y espíritu, de aquella Gold Medal de los años ´50 y ´60. Editan tanto autores actuales, como obras de novelistas no habituales en el género (Harlan Ellison, Roger Zelazny, Robert Silverberg, más conocidos en los campos de la ciencia ficción y fantasía), como reediciones de autores, hoy en dia, clásicos como Ed McBain, Charles Williams, David Goodis, Cornell Woolrich/William Irish, Gil Brewer, entre otros.







 Las magníficas portadas están realizadas por algunos de los mejores ilustradores del mercado: Arthur Suydam, Mark Texeira, Orbick, Robert McGinnis, por mencionar algunos.
 Y esta es la razón de este artículo: Las portadas de los libros de género negro.
  Buscando información sobre una de las últimas novelas publicadas en España de Stephen King, descubrí que se habia publicado en esta colección, y ví la portada original de dicha edición.



 Una buena ilustración que indica alas claras que se trata de una historia de misterio, de tono hard boiled, con una guapa chica pelirroja angustiada por un peligro inminente.


 Y esta es la edición Española. Un fotomontaje gris, frio, lo suficientemente neutro como para inducir a la confusión al lector habitual de King que esperará encontrar en sus páginal un relato de terror, o fantástico cuando menos. Si no conociéramos el nombre del autor y viesemos ambos libros juntos en la misma estanteria, ¿cual de ellos compraríamos, si quisieramos leer una novela negra? ¿Cual atraeria nuestra atención? Yo no tengo ninguna duda.
 Y vuelvo a preguntarme cual es la razón para que los editores españoles hayan renunciado a usar ilustraciones de sus libros de género negro. ¿Son más baratas las fotos retocadas? ¿Saben que venden los libros solo con el nombre del autor, y por lo tanto les trae sin cuidado presentarlas con un mínimo de interes?
 No lo sé; yo solo sé que me entristece vivir en un pais donde no se cuidan las portadas de las novelas policíacas. Y echo de menos esas ediciones americanas que muestran un respeto tan grande  hacia sus lectores y hacia su legado popular.

lunes, 15 de julio de 2013

Curtis Garland / Donald Curtis.

 El tener que cumplir con unos plazos de entrega, el tener que rellenar un determinado cupo de páginas mecanografiadas obligaba a que muchos de los autores de la novela popular española (y universal, asumo) echaran mano de situaciones y diálogos de relleno, que estirasen ,a base de tópicos reconocibles por el público lector al que se dirigian, la extensión de las historias. que transformasen una mera anécdota que, en cualquier otro soporte literario habría ocupado sólo lo que diera de sí, en un relato que se ajustase a la horma de las 125 o 96 páginas.
 Dependiendo de la habilidad, del oficio, de la inspiración, del talento, en suma, de los autores (a todos nos vienen a la mente los nombres de algunos, que no mencionaremos, firmes seguidores de la doctrina de la dilatación extrema y de la pobreza argumental cuyas iniciales de su seudónimo son similares al de una bebida alcohólica ), los resultados serían más o menos satisfactórios para un lector mediánamente exigente. Y, aún así, hay que tener en cuenta que ni el mejor de los autores puede ser siempre perfecto, que a veces las Musas se van de picos pardos, y tendremos que admitir que hasta el mejor escribano echa un borrón.
 Por eso, cuando nos encontramos con obras que tienen las páginas justas, porque la historia encaja a la horma sin necesidad de calzos, ni rellenos, ni plantillas, que los finales no son una inspiración de última hora, sino una conclusión coherente con lo que nos habían contado desde la primera página, nos sentimos a gusto, sin reservas, disfrutando de lo que debería ser un agradable rato de lectura, y no ese constante comezón e irritado hartazgo en que se convierte, cada vez más a menudo (cuanto más viejo más pellejo) el acto libre de leer.
 Esto se produjo con estras tres novelas de quiosco del mismo autor que reseñamos en la entrada anterior de este blog: Curtis Garland, tambien Donald Curtis, y un amplio etcétera de seudónimos de Juan Gallardo Muñoz, uno de los mejores profesionales de este medio. En dicha entrada comentamos tres obras del género de terror; ahora lo haremos con otras tres novelas, esta vez de diferentes géneros.
 La primera de ellas es Las criaturas del frío, La Conquista del Espacio, nº 139, abril de 1973.



 En realidad es un híbrido entre los géneros de ciencia ficción y terror. Desde los comienzos de la difusión popular de la literatura (me refiero a alfabetización promovida por el racionalismo, y la difusión de la prensa y los folletines baratos) la ciencia ha provocado un terror cerval en las almas de los elementos más conservadores de la sociedad, que, por cierto, paulatínamente veían perder su hegemonía del Saber, exclusivo de pequeñas élites cultivadas. La desconfianza ante la racionalidad es innerente al ser humano, así como la xenofóbia; la civilización es una pátina autoaplicada, que se mantiene con dedicación constante. Es muy cómodo dejarse llevar por la corriente mansa del Grupo, del Clan, de Los Nuestros. Por eso, una novela creada en una reunión social, que no era más que un ajuste de cuentas con su padre, Mary Wolstonecraft Sheley escribe Franquenstein, o El moderno Prometeo, y dichos sectores la recibieron como una prueba más de que la ciencia "incontrolable" es perversa. Lo que Asimov denominaba "el síndrome Franquenstein" por el que se cuestiona, absurdamente, la investigación robótica, y que se produce ahora con, por ejemplo, los estudios y avances en la investigación genética. ("No Jugeis A Ser DIOS", dicho con voz cavernosa y trémula). Pero esto es otra historia, que diría el tabernero de Irma, la Dulce.
 El caso es que esta novela de Curtis Garland, ambientada en un futuro en el que el gobierno aconseja y promueve la criogenización, y el uso de la droga "Lázarus", para individuos con alguna enfermedad terminal hasta el hallazgo de una cura de esta (como la FALSA leyenda de Walt Disney); y, como quiera que ya se empiezan a "recuperar" a algunos de esos individuos, y despiertan un tanto desorientados, y al poco se hace evidente que algo, en ese coma inducido, no funciona corréctamente, y sus cuerpos y sus almas... Bueno, no contaremos más, que no queremos estropear las sorpresas a los futuros lectores.
 Una distopía social y un relato de terror-ficción bien narrado y bien resuelto.
 La siguiente novela por reseñar es Todas las noches del mundo, publicada por primera vez en L.C.D.E. nº 275; la edición aquí presente de la reedición en Ediciones B, de septiembre de 1992, nº 32



 En un entorno de ciencia ficción, en un futuro postapocalíptico, el autor desarrolla una historia de Fantasia heróica, en una sociedad que ha regresado a la barbarie, donde la ciencia es preservada por unos individuos similares a magos, y dónde tienen cabida, en un momento de la historia, unos vampiros del más rancio abolengo, vampiros de toda la vida. Aunque, por lo general, estas mezclas de racionalismo y fantasía pura nos chirrían, en este caso la pericia narrativa de Garland, y la fuerza de la historia salvan con exito este bache.
 Acabamos con una de las mejores novelas policiacas del autor, en esta ocasion firmada como Donald Curtis:¡Silba, muerte, silba!, Servicio Secreto nº 495, 1960.



 El argumento de esta narracion se desarrolla como una variante del comienzo de La novia vestia de negro, de William Irish - Cornell Woolrich. En esta una novia, a las puertas de la iglesia donde va a casarse ve como su prometido cae muerto a causa de un balazo de procedencia desconocida, y procede a buscar y ejecutar a los componentes de una reunion de la que sospecha surgio el disparo. En la novela de Curtis es una joven la que muere al caer, borracha, desde un atico en que se celebra una fiesta. El supuesto novio de la chica es testigo de su muerte, y, al tiempo, algunos de los componentes de esa fiesta comienzan a morir en extrañas circunstancias y dicho novio no aparece donde se le busca. Se da la circunstancia de que antes de esas muertes alguien oye silbar una tonada similar, de procedencia desconocida. Este detalle nos lleva a pensar que quizas se trate de otro homenaje a Irish- Woolrich y su novela La serenata del estrangulador.
 Otra de las buenas novelas policiacas, y esta si esta disponible en el mercado, es Flores en tu funeral, incluida en el III tomo de ¡Bang, bang, estas muerto! de Akal/Basica de bolsillo, Serie Negra, 262, una buena muestra, en cuatro tomos, de algunos de los mejores autores de novela popular española, en el genero policiaco.


 Estas son solo una muestra de lo mejor de Juan Gallardo Muñoz, en una valoracion totalmente subjetiva. Quizas tenga otras aun mejores, pero no las conozco; su produccion fue tan enorme y tan dificil de conseguir, como la de tantos otros...

viernes, 12 de julio de 2013

Los Intocables, de Rollan.

 Gracias a la televisión, primero, y al cine, años despues, el publico conoció a un personaje histórico, el agente federal Eliot Ness, y el grupo a su cargo encargado de dar batalla a los traficantes de alcohol, en los años de la "Ley Seca" en Estados Unidos: Los Intocables. Todos conocemos la infatigable y esforzada cruzada de este grupo especial de G-Men contra estos gangster en general, y de Al Capone, en particular. Su lucha y su triunfo final sobre el todopoderoso amo del crimen de Chicago, gracias a un tecnicismo fiscal.
 Su popularidad, en el público de finales de los años 50 y primeros 60, se debió a la emisión de la serie producida por A.B.C. de título The Intouchables (Los Intocables) y protagonizada en el papel de Eliot Ness por Robert Stack, y basada en el libro y conceptos del mismo título del propio Ness y Oscar Fraley. En el año 1987, Brian de Palma, realizó una película con el mismo título e inspirada en la serie y el libro. Protagonizada por Kevin Costner, Sean Connery y Robert de Niro, tambien muy popular, amén de ser una esplendida película.
 En una de las primeras escenas de esta película se cuenta como el joven y bisoño agente federal Eliot Ness es burlado por los gangsters y enviado a interceptar un supuesto cargamento de alcohol, que resulta ser un alijo de paragüas, mientras que el real viaja por otra ruta, libre de trabas. A raiz de esto el inexperto y burlado agente encuentra y busca la ayuda de agentes de la ley "limpios", y crea el cuerpo de "Los Intocables", denominación referida a que serian incorruptibles e insobornables.
 Pues parece ser que esa anecdota primera fue la norma en todas las acciones de este grupo; Los Intocables eran el hazmereir de los traficantes de alcohol. Y fueron mas de uno (y de dos) los agentes que se dejaron "comprar", y mas de uno (y de dos)los que renunciaron al puesto. Pero el Gran Jefe Hoover, director general casi vitalicio del F.B.I. uso con su grupo mimado la misma tactica que con el resto de su cuerpo: Propaganda. Muchos reportajes en los medios de comunicacion, mucha exageracion en los resultados finales de sus operaciones...
 Pero, al final, Al Capone fue atrapado (por no pagar a hacienda, como Lola Flores), y Eliot Ness y sus Intocables se convirtieron en mito.


                                                               Eliot Ness. El de verdad.
 Se emitio una serie de television, que a España llegaria a finales de los ´60, y, a raiz de esto en Editorial Rollan (siempre atenta a los gustos del respetable, como todas las editoriales dedicadas a la novela popular) se aposto por sacar al mercado una coleccion inspirada en esta.
 Su formato y presentacion estaban a medio camino entre el clasico bolsilibro y la novela de bolsillo en rustica, con un tamaño ligeramente superior a aquellos, y un numero de paginas ligeramente inferior a estas. Los autores que colaboraron en esta coleccion eran los habituales de la casa y el medio, destacando en cantidad e interes Juan Gallardo Muñoz, firmando como Curtis Garland y Elliot Turner, y Antonio Vera Ramirez, como Lou Carrigan.


 Para mi desgracia (tanto por el escenario en que se insertan las historias de esta colección, como por los autores que conforman el cuerpo de ella, que me interesan mucho) yo sólo he leído dos novelas, y una de ellas en una reedición de EASA, y ambas son de los hermanos Vera. La de Duncan M. Cody, que yo identifico como escrita por Francisco Vera Ramirez, que firmaba habitualmente como Mortimer Cody, no tiene ningún interés; es aburrida, previsible, cansina.


La otra, la de Antonio Vera Ramirez, como Lou Carrigan, es la mejor novela corta de literatura popular española de género policial que jamás haya leído.



 A pesar de que la premisa con la que da comienzo el relato, la posibilidad de que exista un maestro instructor en técnicas de asesinato para los "gorilas" de las bandas mafiosas es, cuando menos, improbable, es cuando, a partir de que la hija de este Maestro de asesinos resulta muerta al ir del brazo de un traidor a un gran jefe mafioso, y recibir los balazos destinados a este, y este padre jura venganza y se dispone a hacer sufrir el mismo dolor que él padece a dicho gangster, dándose la paradoja que, el grupo de Intocables de esa demarcación se vea en la tesitura de proteger la vida de este individuo al que con gusto enviarían a la silla eléctrica, es que la novela se deja deslizar suavemente cuesta abajo y sin frenos. Un sólo hombre contra toda una banda de gangters y el grupo de Intocables local; pero este hombre es un Maestro de asesinos. El mejor.
 Que Lou Carrigan es uno de los mejores narradores de la literatura popular española es sabido; que en esta colección en particular tiene, al menos, que yo sepa, una obra maestra es comprobable... si en este pais existiese una editorial que apostase por rescatar estas joyas perdidas y niguneadas. Pero me temo que esta critica solo servirá para sumir en la melancolía a los que se hayan sentido interesados por ella.
 Maestro de Asesinos, una muy recomendable lectura, y Los Intocables una interesante y singular colección.

miércoles, 10 de julio de 2013

Curtis Garland.

Curtis Garland y tres perlas.

 Al ponerme ante el teclado tenía la intención de reseñar las influencias ajenas en la elaboración de tres novelas de Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz), pero la planificar los comentarios de la primera de ellas, Los Vampiros nunca Mueren, Selección Terror nº 184, 1976, he tenido lo que creo que le ocurrió al autor: empieza con una, continua con otras, y al final construye algo completamente original. En el frontispicio transcribe un párrafo del final de Soy Leyenda, de Richard Matheson, recientemente fallecido, e incluso dos protagonistas la comentan al principio, pero todo queda ahí, acto seguido se hace referencia a la novela fundacional del Vampirismo, Drácula, de Bram Stoker, en una curiosa pirueta: el protagonista de la historia es, nada menos, que un descendiente directo de Jonathan Harker. Sí, ese Jonathan Harker. Jeffrey Harker, se llama y es un escritor de libros de divulgación y ensayo de ciencias ocultas. Y la cosa continua trasladando la acción a Groenlandia, a una base científica en el Círculo Polar, donde se ha encontrado algo extraño sepultado en un bloque de hielo... Sí, The Thing, pero la de Howard Hawks de 1951, porque, a pesar de que uno de los personajes se llama Carpenter, la del otro Carpenter, John, es de 1982, mucho despues de escrita esta obra, en 1976. Y a partir de aquí acaban los homenajes y Curtis Garland construye una historia de vampiros espaciales en un entorno de noche perpértua ( sí, la novela gráfica de Steve Nyles, y una historia de DC de los años ´50), donde no necesitan ocultarse de la luz del sol, nunca. A pesar de alguna incongruencia referente a una cantinera turgente en medio de un campamento científico y un deambular sin protección adecuada en medio de una tormenta polar, la novela es apasionante, se devora, más que se lee.


 La siguiente novela en el turno, Dinastia Diabólica, S.T., nº487,1982, tiene más clara y definida la influencia, es una vuelta de cuerda a La Profecía, The Omen, y en ella presenta aun personaje con mucho potencial que ignoro si lo volvió a utilizar en alguna otra novela, porque tendria recorrido; se trata de un detective privado interesado por todo lo Oculto, al que le encargan un trabajo en el que debe proteger a un niño acosado por presencias invisibles y una antigua maldición. Una de las novelas que me engancharon a Curtis Garland, apasionante y dificil de abandonar hasta terminarla.


 Y, en la tercera de esta tanda la referencia es evidente, si se conoce la película de 1972, Pánico en el Transiberiano. Miedo en el Orient Express, en el título de esta novelita de Garland, en S.T. nº 583, de 1984. Realmente no es una historia de terror sino una de esas narraciones de misterio, con algún elemento macabro para despistar al lector. Pero, en este caso resulta una historia muy entretenida, en ese escenario apasionante por los nevados bosques de europa del este, a la luz de gas, done se suceden crímenes y apariciones fantasmales. Está bien resuelta (personalmente en mí funcionó la manobra de despiste y ni me lo olí) y quizás pertenezca a ese grupo de novelas victorianas de las que Alberto López Aroca hace relación es su blog.


 He titulado este artículo como Tres perlas de Curtis Garland, y creo que lo son, al margen de sus novelas Londinenses o Victorianas, y alguna que no conozca, claro, pero estas tres son de lo mejor de este autor, y de esta colección que dió tantas de Efecto Scooby Doo. Si las encontrais por ahí, leedlas; al menos pasareis un rato entretenido.